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Hey tú, siéntate, hablemos




Vamos a ver, sé que debes estar sumamente ocupada buscando alguna blusa que muestre excesiva y vulgarmente tus pechos; pero, después de siete años, tengo algunas cuantas cosas que decirte.

Sé muy bien que tú todavía me odias; que cuando me ves pasar por la calle o cruzar la pista de enfrente de la panadería pones tu cara de mala regia que ponen las villanas en las telenovelas y te acomodas ese pelo sin gracia mientras finges que no sabes quién soy.

A mí no me importa, sabes? comencemos por ahí. Antes sí me importaba y mucho. Recuerdo perfectamente aquella vez que te vi con MI chico el dia de San Valentín, con sus brazos rodeando tu esbelta cintura; recuerdo claramente cómo se rompió mi corazón en millones de filosos pedacitos que se me clavaron en la garganta, recuerdo cómo fingí no ver nada y corrí a llorar desconsoladamente en mi cama. Sí, tú eras la mala de mi telenovela. Eras guapa, flaca, tenías 6 veces más tetas que yo, me odiabas y, lo peor de todo, tenías a MI chico. Yo, por ese entonces con mis 16 años, creía ser la jovencita más desabrida del distrito, la más nerd al vivir sumergida en mis libros, la más estúpida de las niñas buenas al no beber alcohol y el hazmereír del colegio a causa tuya.

Por aquella época yo también te odié. Escribí decenas de cartas inspiradas debido a ese cambio que "él" había hecho. ¿estar contigo después de mí? ¿qué podías tener tú que yo no tuviera? (aparte de tetas). Me martirizaba pensando que debía ser porque tú te mandabas sola, no tenías que pedirle permiso a nadie para llegar tarde a casa, eras muy popular entre los chicos del barrio, estudiabas en un buen colegio, y, debido a tu gran recorrido por el camino del contacto físico, debías besar muy bien... y no solo besar. Eso era. Tú le hacías el amor, o te lo dejabas hacer... o lo que fuera que sucediera en su cama.

Y así fue por un par de años o más. No soportaba la forma de tu rostro, esos odiosos dientes de conejo tonto, y tu voz de tipa fácil. No soportaba tus fotos del Hi5, ni tu bikini rosado, ni la camioneta de tu papá, ni tus viajes a Máncora, no soportaba ver a lo lejos cómo él te dejaba y te recojía de lugares donde yo también estaba, no soportaba tu solo existencia. Mi mejor amiga se encargaba de decirme que yo era mucho mejor que tú (ese es el trabajo de las mejores amigas) que "él" estaba contigo por despecho, porque no podía olvidarme, porque yo lo había terminado, porque tú eras fácil, porque te dejabas hacer todo, porque "él" iba por mal camino; no paraba de decirme que jamás significarías en su vida lo que yo siempre sería: su primer amor, que eso es algo que no se olvida. Pero nunca escuché.

Después de casi 3 años, me enamoré de otra persona y le abrí mi corazón. Pero ni siquiera entonces desapareciste. Te matriculaste en la misma academia que yo y tuve que soportar los comentarios de los muchachos que eran mis amigos: "allá va la chica más linda". Odiaba escuchar eso. Tú no eras la chica más linda. Eras la golfa que me había arruinado la vida hacía tres años; pero, claro, ellos no lo sabían. -linda? solo porque tiene tetas? - contestaba yo con ojos de fuego mientras te acomodabas el cabello sin gracia una y otra vez. No sabes cómo deseaba que te atropellara un carro, o te diera una enfermedad asquerosa y venérea. Pero también disimulé. Tú y yo no nos conocíamos, aunque cada una sabía perfectamente quién era la otra. Nos cruzábamos en los pasillos, en el micro, en la pista frente a la panadería.

Y nunca me atreví a decirte nada. Por eso va este post. Ya tengo 23 y la vida es bastante más clara que cuando estaba en el colegio. Hoy no solo sé quién eres, y quién fuiste; sino, también, quién soy yo.

No eras más que una chiquilla desarrollada debido a la alta concentración de hormonas que segregaba tu cuerpo a causa de los tocamientos y encuentros que tuviste con medio barrio (me lo contaron tus supuestas amigas, el mejor amigo de "él", mi primo y la hermana de un chico al que le rompiste el corazón). No eras más que una niña mimada, inmadura y tonta que sufría de falta de afecto y que por ese motivo llamaba la atención con sus escotes y prendas provocativas, eras una chica con bajo rendimiento académico, con poca moral (te escapabas de la catequesis para irte a tomar), con poca autoestima y una buena máscara. Eras la fácil del barrio, la que ningún chico buscaría para algo serio (ningún chico que valiera la pena) eras mala porque estando con "él" besabas a otros chicos y sabes qué es lo que ahora entiendo? que me odiabas porque "él" no podía olvidarme, porque sabías que solo estaba contigo para eso (y para lo otro...) porque una vez te llamó por mi nombre, porque borracho me llamaba a mí, porque cuando cayó hasta el fondo del abismo su alma gritó mi nombre, porque conservaba el peluche que le regalé.




El año pasado, "él" apareció. Y nos sentamos en un parque de Surco a conversar.

-nunca dejé de amarte
-y ...
-ella? solo fue para olvidarte







Es verdad. Eras la mala de la novela (porque a la mala nunca llega a ser lo que la buena es)


No me importa que sea de ti. no me importa si ahora eres re chévere, o si estudias una profesión o lo que sea que estés haciendo. Hoy te busqué en facebook y en tu foto de perfil tus tetas se salían completamente, como si se estrellaran con el lente de la cámara y tus dientes de conejo tonto asomaban entre unos labios flacos que intentaban ser sexys.







Lo que me importa ahora es que ya no eres nadie.





Que ahora sé que no era una niña tonta con mis libros o mis permisos negados por papá. Ahora sé que me estaba formado para lo que soy ahora; una persona que piensa, que ha madurado, que es feliz, que conduce programas religiosos con más de 100 niños, que es profesora de un prestigioso colegio alemán de srtas, que ama escribir, que ya publicó un libro, que no se la cree, que lucha, que está enamoradísima de un hombre fabuloso, que guarda los recuerdos de su primer amor en una lata de galletas en su clóset (que a veces lo saluda por face) que educa chicas adolescentes para que cuando se topen con una como tú sepan distinguirla.

Para que ellas sí se atrevan a decir a tiempo, lo que yo te digo hoy: eres la perra que se comío las sobras que cayeron al piso cuando esta princesa desayunó.




Buena suerte; párate, ya te puedes ir. Y que la vida te devuelva todo lo que diste =)

Comentarios

  1. Bien dicho, hermana! Directo, sincero y con el corazón en la mano! De más está decirte que tienes un talento para las letras! Sigue haciéndolo porque a mí me encanta leerte!
    Esta frase está como para patentarla o volverla una página de facebook: " eres la perra que se comío las sobras que cayeron al piso cuando esta princesa desayunó".

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masacote de lagrimas pesadez en la mente cansancio en el lama duele duele duele duele q ? duelo yo y kien soy yo? q soy q siento q pienso pienso todo, siento el doble soy la nada nada igualq todos somos naa aire lluvia mundo q gira y gira q como es sabido no se detiene xq el tiempo no vuelve utopia sueño inverosimil ortunidades no muerte al final siempre muerte y reinicio caida y levante ocaso y resurgir inicios inicios inicios razones vacias de ti xq solo eres una silaba un ideal una ilucion palida con chispas de sangre y sonrisas idóneo tú inexistente principe de nadie poder de q? libertad palabra q no encierra nada q a todos los corzones envuelve y tartamudea xq no sabe caminar y corre yo pretendo ser alguien pero la inmensidad del universo q no acaba dice q no y la infinitud del tiempo se rie de mi insulta mis ganas y yo insulto lo insulso de todo lo q existe y a mi q no me salvo de ciudades sociedades ritmos modas eras historia y reglas no soy lo q kiero soy lo q soy condicionada...

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ya no creo en el amor. no entiendo por qué el maldito sigue creyendo en mí. me siento una extraterrestre, con dos colitas. me siento un despojo humano una taza vacía... vacía como un precipicio abandonada gris ya no creo en el amor. no entiendo por qué este maldito sigue creyendo en mí. ya no creo en nada ya no creo en mí. ni en tus ojos de alegría no creo en tus manos ni tu voz te extraño. y miro las nubes y esta vez no saben nada. nada na da ya no creo en el amor. no entiendo por qué este maldito sigue creyendo en mí. mi alma de deshilacha y mi respiración se apaga. me estoy muriendo por ti. y a ti no te importa nada. soy una sombra azulada que no sabe cómo recuperarte. mi piel está salada y mi corazón muerto en la batalla ya no creo en el amor. no entiendo por qué este maldito sigue creyendo en mí.