
Los días han ido pasando.
Las semanas en fila.
Los meses haciendo un tren.
Los años que forman una escolta.
y yo aquí, sin ti.
si mi nosotros.
sin tu mío.
sin mi nuestro,
sin tus ocupaciones y mi soledad.
No queda nada de tanta maravilla oscura y agrietada que
se escabulló de entre mis sueños?
solo queda la ventisca fría que agita las ramas de los árboles que
reconocen tus pasos a prisa,
y el color de tu cabello.
solo queda el barullo de las primeras tardes del otoño que
moría retorcido en nuestras manos.
Todo ha ido pasando.
también las certezas, como la hierba mala, han ido creciendo
en este corazón enardecido
también los ojos se han cerrado escondidos del frío.
El musgo ha crecio en nuestros besos,
en tu mirada que ya no me encuentra entre tanto desconcierto.
¿quiénes fuimos?
¿por qué la la venganza de las cicatrices nos tomó por sorpresa?
y no pudimos decir nada.
Un silencio que inundó todas las calles que me conducían a ti.
no tengo, ya entre las manos, más que sinsabores y recuerdos como fantasmas que
me espantan por las noches,
fantasmas que conocen de memoria los recovecos enterrados por el polvo que
dejó tu sonrisa.
Todo se ha perdido.
las aves están muertas
las hojas han caído y las arrastra el sinsentido.
Los días han ido pasando.
nos han robado lo que han querido.
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